El Consejo Regulador de los vinos en La Rioja fue fundado en el año 1926 y constituyó las bases del actual “Denominación de Origen Rioja”. Los objetivos principales son garantizar la calidad de los vinos con un minucioso control del origen, estos propósitos se consiguen mediante la demarcación de las zonas de producción y el uso de técnicas de cultivo y elaboración específicas sobre variedades de uvas limitadas.
En los años 80 se comenzaron a controlar las etiquetas y contraetiquetas y las cosechas empezaron a ser calificadas, garantizando la calidad de los vinos con procedencia Rioja a los consumidores.
La obtención de la categoría “Calificada” de la Denominación de Origen Rioja permite asegurar al máximo el control de los vinos de esta procedencia.
El Rio Ebro cruza toda la zona de producción de Rioja, esta región es apropiado por naturaleza para el cultivo de la vid, el suelo es arcilloso-calcáreo en las zonas altas y arcilloso-ferrosas en las zonas próximas al río.
El clima Mediterráneo propio del valle del Ebro combinado con el clima atlántico, favorecen los cultivos de las viñas ya que este especial entorno climático proporciona temperaturas suaves a lo largo de todo el año, con lluvias estables y sol en verano.